Una espinita,
otra espinita,
otra espinita…
Y así se va formando,
no sé si un rosal
o un matorral de zarzas.
Permanentes quedan clavadas
hasta que se agote
el agua en sus raíces.
Y no seré yo quien deje de regarlas
para que así los recuerdos
marquen el paso de mis andadas.
1 comentario:
me mola, me embriaga
Publicar un comentario