Qué hay más bonito que todo aquello de donde venimos: la naturaleza, nuestra gran madre y sabia que nos proporciona lo que tenemos, lo que somos, lo que seremos. Las pruebas únicas de las que disponemos para justificar la forma de vida en la que nos retratamos provienen de ahí, de lo más natural que el universo pone en nuestras manos.
Todo comenzó en un día en el que nuestro tiempo se puso en marcha. La casualidad se ligó a la química y surgió el primer sujeto de la biología. Y ahí la naturaleza comenzó su ciclo de ciclos, de flujos y de evoluciones hacia la creación más presente de la que somos partidarios, de la conciencia. Es por ello, y por otros motivos que podrían discutirse más adelante, por lo que la conservación de la misma es uno de los ejes de los que se nutren las ciencias de la vida.
La naturaleza es pan de ayer, para hoy y para mañana. La belleza misma surge de ella. Nuestras posibilidades caminan entre las piedras que nos coloca en su sendero. La naturaleza es sabia, típica frase que tanto quiere decir y que sólo un sabio sabe interpretar.
La naturaleza trae consigo a la muerte, la muerte trae consigo a la perfección. La naturaleza es la muerte, es la vida, es la muerte. Si queremos conservar la vida, hay que conservar a la naturaleza. Si queremos conservar a la naturaleza, hay que conservar a la muerte. Pero si conservamos la muerte desaparece la naturaleza, sólo si la muerte supera a la vida. Si la vida supera a la muerte, la naturaleza se acaba, porque la vida la agotaría. Entonces, para que no se acabe ni la vida ni la muerte, hay que conservar la naturaleza, que es lo que da vida y lo que da muerte.
Todo comenzó en un día en el que nuestro tiempo se puso en marcha. La casualidad se ligó a la química y surgió el primer sujeto de la biología. Y ahí la naturaleza comenzó su ciclo de ciclos, de flujos y de evoluciones hacia la creación más presente de la que somos partidarios, de la conciencia. Es por ello, y por otros motivos que podrían discutirse más adelante, por lo que la conservación de la misma es uno de los ejes de los que se nutren las ciencias de la vida.
La naturaleza es pan de ayer, para hoy y para mañana. La belleza misma surge de ella. Nuestras posibilidades caminan entre las piedras que nos coloca en su sendero. La naturaleza es sabia, típica frase que tanto quiere decir y que sólo un sabio sabe interpretar.
La naturaleza trae consigo a la muerte, la muerte trae consigo a la perfección. La naturaleza es la muerte, es la vida, es la muerte. Si queremos conservar la vida, hay que conservar a la naturaleza. Si queremos conservar a la naturaleza, hay que conservar a la muerte. Pero si conservamos la muerte desaparece la naturaleza, sólo si la muerte supera a la vida. Si la vida supera a la muerte, la naturaleza se acaba, porque la vida la agotaría. Entonces, para que no se acabe ni la vida ni la muerte, hay que conservar la naturaleza, que es lo que da vida y lo que da muerte.
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