Yo voy soñando caminos de la tarde.
¡Las colinas doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-La tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón."
Y todo el campo un momento se queda,
mudo y sombrío, meditando.
Suena el viento en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir;
"Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada."
2 comentarios:
Te felicito por ese buen gusto que tienes a la hora de escribir versos. Como dirían los poetas, se nota que llevas el estro de la poesía en la piel cuando compones :)
Es un placer conocer a alguien que tiene el don (o maldición, según como se mire) de observar el mundo desde otra perspectiva... Con otros ojos. No sé si leerás esto algún día, pero si lo haces, te animo a que sigas escribiendo y, en la medida de lo posible, que lo compartas con el mundo.
Un tierno y afectuoso saludo!
" En el mar de la duda en que bogo
ni aún sé lo que creo;
sin embargo estas ansias me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro."
Hola Tito,
me has sorprendido mucho,
muchas gracias por tu comentario, aunque creo que me has sobrevalorado. Este poema en concreto no es mío, aunque sí es mi favorito.
De todos modos me has animado muchísimo, y he publicado algo nuevo, cosa que hacía mucho tiempo no hacía. No es gran cosa, pero espero poco a poco volver a despertar lo que llevo dentro.
Tu cita de Bécquer ha dado en el clavo.
Un saludo
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